No te había escrito, por tomarte con ligereza
pensaba que tu voz, no ahuyentaría la tristeza
pero me convenciste
con tu sonrisa espontánea
y tus ojos inquietos
rompiste el esquema, la trama
mis patrones, mis aprietos.
Tan volátil soy a veces
que no te comentaré
lo mucho que tu piel me atrae
ni como tus labios me llaman
menos el modo en que desearía tomarte por la cintura
y acurrucarme en tus muslos
porque al parecer te quiero
y no quiero herir
no quiero retomar una herencia
un rastro que ya cargo en mi espalda
de fallas y errores
no quiero que seas una de los montones.
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