rodeado de gordos y sus golosinas
se sentó en frente a la barra
esperando que le sirviera una birra helada
rimo por la espuma que refrescaría su garganta
sabía que venía de burbujas atiborrada
"Cantinero, una cerveza fría" - exclamó
"¡Sale una promesa rota!" - rápidamente respondió
perplejo, casi frente a una epifanía
exigió al cantinero explicar su agonía
"¿A caso no vienes por su nota?"
extendía un papel escrito con carbón de Lota.
Tras leer el pequeño fragmento
sintió que todo se fracturaba, hasta el cemento
"Que sean dos, tres. ¡Hasta cuatro!" - gritó al momento
la rabia y la pena emergían en el trayecto
podría llorar y sumergirse, pero eso ni yo lo intento
el sabía que tras una nota triste
existirá otra que lo dejará contento.