viernes, 2 de agosto de 2013

Detrás de su rostro, se escondía la tristeza. Simplemente no dormía, sólo oprimía pensar o ver.
Condenado por su monstruo, caía en la pereza. Olvidaba que quería, como vivr o volver a ser. 


Estaba incompleto a pesar de estar entero
le faltaba una flor, en su huerto 
una pintura en su marco
armonía en su canción 

Su otro yo,
ese lado que uno nunca saca
pensaba menguante
si la costumbre rodeaba 
porque los temas acababan 
y tal vez, abusaba del tener

Porque al estar todo era distinto
al sentir, era casi infinito
era imposible no amarla.

Y mientras escribía a su memoria
la sonrisa se le escapaba
"Amor" eso era.

Ella le habló, le habló de costumbre
costumbre que el, reconocía
sabía de su existencia 
de su monotonía y su acecho
pero, ¿la tenían? 

Fuese o no así
la tristeza salio de su nuca 
el sueño lo estremeció
abrió los ojos y observó
que el monstruo no existía 
y como despachar a su otro él.

Recordó el amor
por eso actuaba así. 

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