lunes, 27 de mayo de 2013

Cuando la lluvia cae

Desgraciadamente somos más poeta
cuando estamos tristes 
cuando la lluvia cae por sobre los paraguas
y cuando los oídos bostezan a las palabras.

¿Por qué no escuchamos la lluvia caer
si está sobre nosotros?
la gente que tiene frío en las calles si la oye 
y a nuestros techos palpitantes 
damos por molesto su latir, 
que de una u otra forma es nuestro. 

Pensamientos abruptos ante tristeza y rabia 
me obligarían a salir a fuera
a mojar los hombros del vate
que escribe desde su propia letanía
su propia oración, su propio ego. 

Procastinaré escapar 

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